La caja de tarjetas está elaborada con papel nacarado táctil y visualmente superior, presentando una textura delicada junto con su superficie lisa. Se omiten los ricos escenarios de color, no por una revelación directa y colorida, sino por un cambio emocional implícito y profundo.
Los colores negro, blanco y gris aportan una atmósfera tranquila y silenciosa a la escena. Múltiples ilustraciones no repetitivas de los ojos de los personajes se centran en el reverso de las cartas, lo que hace que cada carta de la baraja tenga una presencia única. Tras una observación más cercana, no sólo el reverso de las cartas está adornado con ojos, sino que también se esconden varias ilustraciones de ojos en los palos de las caras de las cartas. El diseño de pepitas refinado y minimizado dirige aún más la atención a los trajes de diseño exclusivo.
Esta silenciosa obra maestra de profundo arte parece trascender los simples naipes; es un arte silencioso, además de un tesoro extraordinario.
Contemplación silenciosa, una obra maestra silenciosa
